¡Dulce Aventura!
Como has de saber, todo reino tiene una princesa, y el reino de Esmaíl, no es una excepción.
-¡Cuidado Princesita Alife! - se oye por todo el castillo, mientras la princesita Alife va corriendo por sus pasillos.
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¡La Princesita Alife!
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Y es que la Princesita Alife, no es como muchas princesas, a ella le gustan las aventuras y descubrir cosas nuevas. Durante los bailes del palacio usa lindos vestidos, con encajes dorados o plateados; pero en sus días de aventura viste un overol rosado, con el que corre de uno a otro lado, siempre acompañada de su fiel amigo Mancha, que moviendo la cola, le dice que de divertirse ha llegado la hora.
-¡Vamos Mancha!! – dice muy fuerte la Princesita Alife; muy valiente y muy curiosa.
Una mañana, llegaron a Esmaíl unos hombres muy fuertes y misteriosos, montados en grandes caballo; todas las personas se les quedaban mirando pues traían consigo un cofre muy bien sellado. Estos misteriosos hombres pidieron hablar con el Rey; y mientras se reunían con él, y hablaban sobre el cofre, la princesita Alife escuchaba muy atenta tras la puerta.
-Su majestad – dijeron - venimos de muy lejos y traemos con nosotros la esperanza de Tierras Sin Sabor.
El Rey los miro sorprendido, pues conocía la triste historia de aquel reino; la historia de Tierras Sin Sabor.
-Nos llegaron cartas pidiendo ayuda - prosiguieron los hombres - es que Tierras Sin Sabor se está volviendo muy amarga, las personas están siempre de mal humor, gruñendo por todos lados, y por ello el Rey Tristin nos envió a socorrerle. Nosotros le estamos llevando el Alado Globo Color Caramelo, el cual le dará dulzura a Tierras Sin Sabor.
Entonces, el Rey muy sorprendido preguntó cómo podía ayudarles.
-Permita que nos quedemos en su castillo – respondieron - necesitamos descanso y algunos alimentos, su majestad.
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¡El Gran Castillo de Esmaíl!
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Así que el Rey les ofreció posada y ordeno que guardaran aquel cofre en la gran Bóveda Real.
Pero muy sigilosa la Princesita Alife y su amigo Mancha, siguieron a los sirvientes mientras guardaban el cofre; así entraron a la Bóveda Real, la cual contaba con inmensas ventanas; y al ver tal maravilloso cofre, no pudieron aguantar la curiosidad, sacaron todos los candados, y con mucha fuerza abrieron el cofre cerrado.
Pero entonces; - ¡Oh! ¡No!! - grito Alife con fuerza - ¡El alado globo se escapa!! - y Mancha salto y salto para alcanzarlo, pero era inútil, y el Alado Globo Color Caramelo, salió volando por la ventana.
El rostro de la Princesita Alife se entristeció, pues pensó que por su culpa la gente de Tierras Sin Sabor seguiría mal humorada y violenta; la princesita, comenzó a llorar.
- No llores Princesita, ¡Yo tengo una idea! ¡Guau Guau! - le dijo Mancha- vayamos donde el Hada de los Globos, ella nos podrá, ¡guau!, ayudar, ¡guau!
-Muy cierto Mancha - le respondió Alife secándose las lagrimas. Y enseguida partieron en busca del Hada de los Globos; así que se subieron en un globo gigante y tras algunos minutos de viaje, llegaron a lo más alto del cielo, donde muchos colores flotantes le indicaban el camino a los visitantes.
-¡Buenas tardes Hada de los Globos! - dijo Alife, pero no había respuesta - ¡Buenas Tardes!! - siguió intentando, pero no le respondían.
-¡Guau! ¡Guau!! - también ladro Mancha, pero nada, tal parecía que el Hada no se encontraba.
Cuando de repente un hombrecito salió a recibirlos.
-Buenas Tardes - les dijo, mientras les invitaba a pasar - Disculparan que no haya abierto antes, pero es que estoy muy viejo y ya no oigo tan bien; pero vamos tomen asiento, enseguida le avisare al hada que tiene visitas; ¡que contenta se va a poner! - terminó diciendo.
Y en un instante, apareció una hermosa señora, con una corona flotante y en su mano, una varita muy brillante; pero también lucia muy cansada, y según les dijo es porque estaba resfriada, tenía gripe mágica y sus poderes no le ayudaban.
- Hada de los Globos; por favor inténtalo, por favor- le suplico la princesita Alife - es necesario que recuperemos el Alado Globo Color Caramelo - y mirando sus ojos, el hada de los globos decidió intentarlo; pero en vez del Alado globo, aparecían pollitos y caramelos.
-¡Chispas! - exclamó Alife decepcionada - ahora, ¿qué haremos? - y su rostro se entristeció de nuevo.
-No te pongas triste Princesita - le dijo el Hada - yo se que eres muy valiente y jamás me negaría a ayudarte - y dicho esto, el hada le entrego un mapa y le pidió que consiguiera una flor dorada, con la cual podría recuperar su salud.
-¡Nos vemos pronto!! ¡Coff! ¡Coff!! - dijo el hada de los globos, mientras veía partir a la Princesita.
Así, Alife y Mancha fueron en busca de la flor dorada, una brillante flor cerca al sol de atardecer, muy bella ante el cielo naranja; esta, crecía en las arenas de una hermosa playa y era bañada con la brisa del mar cada mañana.
-¡Ahí esta!! - exclamo Alife con fuerza, la ver al sol despedirse tras el inmenso e inquieto mar, que con el ¨Splash!! Splash!¨ de sus olas, al sol parecía responderle.
Y así fue como al final del día tras conseguir la flor dorada y devolverle al Hada su poderosa magia, Alife y Mancha recuperaron el Alado Globo Color Caramelo, que como dije en un comienzo, mantendría la dulzura de Tierras Sin Sabor…
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¡Mancha!!! El fiel amigo de Alife
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Llegados al Castillo, muy despacio en la Bóveda Real se metieron, guardaron el Alado Globo Color Caramelo, y entre risitas de alegría, hasta la siguiente mañana se despidieron. Ninguno de los misteriosos hombres llego a enterarse de la maravillosa aventura de Alife, y de cómo su valor salvo el destino de Tierras Sin Sabor, pero Alife estaba muy contenta, había sido valiente y responsable, y eso valía mucho más que cualquier recompensa.
Al día siguiente, cuando los viajeros llegaron a su destino, todo aquel problema se solucionó, y Tierras Sin Sabor cambio su nombre por el de Tierras de Dulzura; mientras a la distancia nuestra Princesita y su amigo, vivían otra fantástica aventura.