viernes, 18 de noviembre de 2011

Todos tenemos un amigo muy muy bueno.


Todos Tenemos un Amigo Muy Muy Bueno


  El día esperado llegó porque  el verano inició y la familia Landó, ¡a la playa se fue! Sombrillas, sandías, toallas, comida y niños, la familia llevó. Valentín era el más chiquitín, de cabellos largos era Sara y de labios grandes nuestro amigo Beto. Juntos, vivirán grandiosas aventuras y hasta casi locuras.

   Con rastrillos y palas de vivos colores, empezaron a construir un castillo de arena a todo motores. De repente, en el cielo un ave negra y ponzoñosa empezó a decirles “cruaaack! cruaack! ¿Para qué se esfuerzan? ¡Si no lograran nada! ¡Debiluchos! ¡cruaaack! “. Sara y Beto estaban perplejos, fue entonces que de un hoyo en la arena salió un cangrejo “¿de nuevo tú ave chillona?, ¡porque serás tan amarga y llorona!” gritaba con las tenazas en alto. El ave de plumas oscuras y pico morado contestó furiosa “¡A callar cangrejo enano! Cruaaack! Vendrá una ola gigante y de sus sueños deben olvidarse cruaaack!! Cruaack!”  y así se fue volando, por los cielos iba gritando desanimando a todo aquel que iba soñando.

     ¾   ¿Cómo te llamas cangrejito?¿conoces a esa ave?-preguntó Sara
     ¾   Mi nombre es Conejo y vivo en esta playa― contestó el cangrejo de ojitos negros y saltones―niños, es cierto, una ola grande vendrá.
     ¾   ¿Qué podemos hacer?― preguntó Beto― a Valentín y al castillo hay que proteger.
     ¾   ¡El imperio de los muymuys, ellos los ayudarán!—exclamó Conejo― son crustáceos fuertes e inteligentes, pero pocos los convencen.

   Siguiendo el consejo de un cangrejo llamado Conejo, empezaron a cavar en la orilla, donde la espuma acaricia la arena. A cada muymuy que encontraban Sara y Beto preguntaban si era el rey de los muymuys  pero la respuesta era la misma “oh no no no!” y se iban rápidamente. Así, fueron encontrando muymuys cocineros, cantantes, deportistas e incluso malabaristas pero no daban con el rey, hasta que por fin de tanto buscar algo pasó…

   Beto había encontrado a un muymuy que llevaba una capa roja, era alto y gordo. Al verlo, se dio cuenta rápidamente que  él era el rey pues tenía una corona dorada y brillante. Su nombre es Pocopoco, era de humor cambiante que a sus consejeros volvía locos. Beto y Sara contaron dramáticamente la desesperación de vivir tal situación, el rey escuchaba atento, al terminar la descripción dijo con emoción: “¡lo más importante en la vida son los sueños, nada vuelve más salado al mar que aquel corazón que deja de soñar! ¡Aunque me coma un pez yo prometo ayudar! En seguida, su colita empezó a vibrar y de la arena miles de muymuys se empezaron a asomar.

   Siguiendo las órdenes del rey Pocopoco se apilaron uno al lado de otro, todos con un escudo reluciente. Conejo, el cangrejo,  dio la voz de alarma, la ola estaba cerca.  Todos aguardaban su llegada. A un lado había una orquesta, se escuchaba tambores, trompetas y a muymuys   tenores, la música era para poner nervioso a todo aquel que estuviese ahí, sin embargo, el imperio muymuy seguía firme.

   La ola se acercó con una fuerza impresionante, se escucharon  las arengas  del rey Pocopoco “¡por salvar los sueños y ayudar  a los demás! ¡Adelante adelante!”  Y todos los muymuys cogieron con valentía sus escudos e hicieron frente a la ola. La muralla se iba debilitando, pero fue ésta que evitó que se destruyera el castillo y lastimara a Valentín.

   A la orilla del mar o en la ciudad, en verano o invierno, un amigo o  una amiga  estarán ahí para ayudarte, te dirán “¡lucha por tus sueños y sigue adelante!”. Eso les pasó a Beto, a Sara y al chiquitín de Valentín; juntos viven grandes aventuras y hasta casi locuras.

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